Por qué leer 100 libros al año no te hará triunfar

La lectura está de moda.

Internet se ha apropiado de algo que no está de moda y le ha dado un giro de 180 grados.

La lectura es como un nuevo vegetal: vale la pena comerlo porque es buena para nosotros.

De hecho, es tan buena que deberíamos repetirla vez tras vez tanto como sea posible. ¡Más es más! Todo el mundo debería leer un libro a la semana, ¡no, espera, un libro al día!

Al fin y al cabo, por eso tienen éxito Mark Zuckerberg, Bill Gates y Elon Musk.

Cuanto más leamos, más inteligentes seremos. 

Pero, ¿dónde encontrar el tiempo? Tenemos que hacerlo más y más rápido todavía.

¡Los blogs nos dicen cómo leer un 300% más rápido en 20 minutos! O, ¡Cómo engañarse para leer más libros!

La lectura rápida se ha convertido en un deporte de competición: una carrera para ver quién puede devorar más rápido la lista de los Bestsellers del New York Times.

Leer es uno de mis mayores placeres. De hecho, a menudo he compartido cómo aprender de otros, lo que me ha ayudado a impulsar Jotform a 4 millones de usuarios.

¿Pero todo esto de la velocidad, los objetivos y los números?

La verdad sobre la lectura rápida

La lectura rápida se ha popularizado recientemente, bueno, la velocidad, pero ha existido desde hace décadas.

Se supone que el presidente Kennedy podía leer unas 1,200 palabras por minuto. Después se supo que se inventó esa cifra.

Según la edición de 1990 del Libro de Récords Guinness, Howard Berg podía leer más de 80 páginas de texto por minuto. Pero el especialista en lectura Mark Pennington aclaró que era una mentira que Guinness no comprobó.

Y eso no es todo. Las investigaciones han desmentido constantemente las afirmaciones de los lectores rápidos, y la ciencia ofrece una refutación igualmente sólida. 

Como el profesor e investigador de seguimiento ocular Keith Ryanair explica, técnicas como lectura simultánea de largos segmentos en una página no son biológicamente ni psicológicamente posibles, debido a la limitación de nuestra área de visión foveal.

Una página entera no puede leerse de una sola vez. Hacer zig-zag enfrente de ella no funciona porque el ojo humano no está diseñado para eso. 

Y esas aplicaciones que proclaman incrementar la velocidad por medio de desplegar una palabra a la vez? Los creadores dicen: “ solo un 20%” del tiempo del lector se lleva procesando el contenido mientras que el 80% del tiempo se va en el movimiento de los ojos.”

Pero hay una falla fundamental en esta lógica. No podemos parar de pensar cuando nuestros ojos se mueven, así que 100% de nuestro tiempo se va en procesar contenido, mientras que nuestros ojos se mueven un 10% del tiempo.

De acuerdo con la psicóloga Patricia Greenfield, cuando el cerebro trata superficialmente, menos atención y tiempo es asignado para procesos más lentos, que consumen más tiempo, como la inferencia, análisis crítico y la empatía.

En otras palabras, no nos estamos dando el suficiente tiempo para comprender la complejidad o desarrollar opiniones propias.

A medida que la rapidez en la lectura aumenta, nuestra comprensión disminuye.

Así que la lectura rápida ayuda solamente si queremos escanear el texto: tal vez para una lista de compras o una distribución de asientos.

Pero no podríamos captar información. Y esto es todo el punto de la lectura.

O, para citar a Woody Allen:

Tomé un curso de lectura rápida donde pasas tu dedo al centro de la página y pude leer “ Guerra y Paz” en 20 minutos. Era acerca de Rusia.

El mito de los 100 libros

Incluso si asumimos que la lectura rápida no funciona, tendríamos que abordar la pregunta principal: ¿Por qué querríamos hacerlo?

No tengo nada en contra de leer 100 libros al año, si ese es un ritmo natural para usted.

Las personas tienen diferentes velocidades de lectura y diferentes niveles de comprensión. Pero, ¿leer para ponerse a la par de un número arbitrario de internet?

Primeramente, no todos los libros son creados iguales – miles de ellos no valen la pena leerse.

Hay libros que son emocionantes para algunos y recogen elogios pero podrían aburrir a otros al punto de llorar.

Y los hay que son extraordinarios, hermosamente escritos,y perspicaces. ¿Merecerían que se les leyera rápido?

No.

Esos libros son para estudiarlos detenidamente, saborearlos, con sus páginas dobladas como si fueran orejas de perritos, pasarlos a amigos y que nos los pasen de regreso.

¿Por qué deberíamos darle a uno de los mayores placeres de nuestras vidas un KPI, una fecha límite, o una meta? Nuestro mundo está demasiado lleno de reglas y de evaluaciones comparativas – ¿necesitamos regular esto también?

Esto es lo que sucede si leemos sólo por leer:

“ Apenas y retendrá algo del conocimiento”
“ Sacrificará la reflexión y la introspección”
“ Absorberá muy poco”

Es cierto que leer ampliamente es algo que las personas de éxito tienen en común. Las personas que tienen éxito son curiosas del mundo en el que viven.

Pero no es acerca de qué tan rápido leen. Es acerca de cómo leen.

¿Por qué leemos de todas maneras?

Considere 3 tipos diferentes de lectura:

El primero es pasivo. Desplazándose en Facebook. Pasando las páginas en una revista en el consultorio médico, pulsando en Twitter. Este tipo de lectura le pasa a usted.

La segunda es práctica. Leyendo con un propósito. Porque queremos – o necesitamos – aprender algo. En la escuela, en el colegio o por superación personal.

La tercera es por placer. No solamente ficción, o revistas o por puro escapismo. Leer por placer no tiene una categoría: es subjetivo. Sucede cuando hay algo que le llama la atención: un artículo, una novela, una autobiografía.

Leer porque quiere no porque tenga que hacerlo.
Cuando no puede bajar un libro, cuando su cerebro burbujea de satisfacción cuando pasa cada página. Mientras come, cuando toma una ducha, en una banca del parque, parado en el subterráneo, devorando una trama, una teoría, un método.

Pensando: “Sí, esto es para mí”. Estando tan perdido que no escucha el timbre de la puerta sonando.

Es este tipo de lectura que incrementa nuestros lapsos de atención, amplía nuestro vocabulario, y nos deja almacenar pepitas de oro de información. No podemos evitarlo – cuando la lectura es placentera – el contenido se queda con nosotros.

Pero cuando leemos solo porque tenemos que hacerlo, se desvanece – de la misma manera que se nos olvida lo que hemos aprendido después de un examen aburrido.

(Si leemos para relajarnos, esto no importa).

Pero si estamos leyendo 100 libros al año solo por la búsqueda de superación personal, sí importa.

Los libros de desarrollo personal solamente tienen el efecto que tiene la acción que tomamos después de leerlos. Todas las metodologías y marcos estructurales en el mundo no nos impactarán si no los podemos procesar adecuadamente.

Elon Musk and Co., atribuyen su éxito a la lectura, porque leen con un propósito, y aplican lo aprendido en un contexto más amplio en sus carreras. No aran a través de una gran cantidad de volúmenes de material como si fueran una caja la cual tienen que marcar de “terminada”.

La lectura cuenta cuando se retiene y se pone en práctica.

Como escribió Mortimer J. Adler:

En el caso de los buenos libros, lo importante no es cuántos pueda terminar, sino cuántos lo toquen en lo más profundo de su ser y se queden con usted

En el caso de que elija calidad sobre cantidad, aquí se encuentran tips de cómo puede encontrar libros que se queden con usted:

Pruebe los clásicos…

Intente dejar los libros de autoayuda por un momento. La mayoría de ellos son libros reempaquetados de una cantidad de libros clásicos. Es mejor empezar con la sabiduría inicial y empezar desde ahí. Elija lo mejor de lo mejor en los temas que le interesan. Leer una selección de estos lo llevará lejos.

… Pero no sea tan estricto consigo mismo.

Hay una noción de que los libros son ‘placeres culpables’, que solo se pueden leer en las fiestas o en la privacidad de su cuarto de baño. Sentimos que la lectura ‘no está funcionando’ a menos que tenga algún tipo de reto o sea algo tediosa. Los libros deben impresionar a otros en las fiestas de cena.

Pero leer debe sentirse como un privilegio, no como una tarea.

La vida es muy corta como para tener que soportar libros que en realidad no disfrute. Lea lo que ama leer, en los géneros que ama, de los autores que ama.

Sea selectivo

Van ha haber libros que naturalmente se apliquen más a usted y a su vida más que otros. Eso está bien. Organice una selección de libros que le haga sentido.

Ir profundo en una selección de un tema que le fascina hará mucho más que hallarse inmerso en la lista de los 10 mejores libros de alguien más.

No se sienta obligado a adquirir una novela solo porque apareció en la lista de los mejor vendidos. Siga su olfato, y diríjase a seleccionar libros en las áreas que son relevantes y de interés para usted.

Vuelva a leer

Me encuentro frecuentemente volviendo y volviendo a leer los mismos libros vez tras vez. Se siente como los pares de jeans que ya están usados pero tan confortables. Y cada vez que los vuelvo a leer, encuentro algo nuevo.

“No quiero leer todo una y otra vez. Solamente quiero leer los 100 libros más geniales una y otra vez, fuente”

Si está tratando de expandir sus conocimientos en ciertas áreas, volver a leer algo que lo inspiró y resonó con usted va a tener más impacto que si lee libros nuevos que solamente repiten el mismo contenido.

Tome notas

Retenemos mejor la información si tomamos notas manualmente. Si su libro es físico ( y no es prestado), puede resaltar secciones, garabatear notas. Esto le permite procesar e interpretar el contenido de una manera más significativa.

Únase a un club de lectura

Resulta que un club de lectura es divertido. ¿Por qué no hablar sobre un libro que acaba de leer? y escuchar la opinión de otros sobre él – es interesante.

Mi club de lectura está combinado en términos de género y de preferencias de lectura, así que estoy leyendo libros que de acuerdo a mis preferencias, en realidad, no les daría una segunda oportunidad.

Así que los he amado o los he odiado, y debatido fuertemente. Y he hecho buenos amigos en el proceso.

Pensamientos Finales

En “Pájaro por Pájaro: Algunas instrucciones sobre la escritura y la vida”, Anne Lamott
escribe:

Para algunos de nosotros, los libros son tan importantes como cualquier otra cosa en la Tierra. Que milagro es que de estas pequeñas, planas y rígidas cuadrados de papel se desencadene mundo tras mundo, mundos que te canten, te consuelen, te apacigüe y emocionen. Los libros te hacen entender quiénes somos y cómo nos debemos comportar. Nos enseñan lo que significan las comunidades y las amistades; nos enseñan cómo vivir y morir.

Leer es mágico. Es teletransportación y telepatía.
Nos deja recorrer a través del espacio y tiempo, océanos y continentes.

Nos deja ver dentro de los cerebros de las personas más sorprendentes sobre la tierra. Conectar con la sabiduría del pasado y ver hacia el futuro.

La lectura tiene muchas consecuencias no intencionales: Albergamos muchas perspectivas interesantes en nuestra mente, practicamos el escuchar a otros y sus opiniones y nos damos cuenta de que no siempre tenemos la razón.

Pero nadie debería determinar su valía, dependiendo de cuánto lee o no lee.

Sí, leer educa, aumenta la empatía, nos anima. Pero también solamente podría ser divertido.

Así que, tal vez deberíamos dejar de tomárlo tan en serio, y empezar a disfrutarlo por lo que es: un pasatiempo maravilloso – no un atajo para un balance alto en nuestra cuenta bancaria.

Lea lentamente. Lea cuidadosamente.

Pero no lea para hacerse exitoso. Lea para hacerse feliz.